martes, 10 de junio de 2014

Sencilla reflexión nocturna

Pasan algunos minutos de las 4 am y más dormida que despierta inicio un nuevo turno de teta para los niños. Hace mucho calor o, al menos, yo tengo mucho calor. La falta de sueño es, sin duda, lo más duro de ser madre, porque el cansancio lo mella todo, se oxida el ánimo y las fuerzas se diluyen, la visión se vuelve gris y tormentosa, y el estrés acaba campando a sus anchas por tu mente, que se confunde. Pero despertarse hoy a estas horas sin apenas haber dormido previamente otras dos, tiene una grata recompensa. Sentir a mis dos hijos conmigo, a estos dos personajes evolucionar, crecer y ser amamantados. Qué experiencia tan bella y completa la de amamantar a un hijo... Y a dos.... Les observo con la mente perdida imaginando lo que recorre sus cabezas, cómo serán, cómo sonreirán, sus manías y dificultades, la textura de su pelo y el brillo definitivo de sus ojos... Aquí y ahora dormitan en en mi regazo mientras sacian su hambre y su sed gracias a mi pecho. Los alimento y consuelo. Con sus manitas rodean mis pechos y hacen presión o simplemente se relajan, sus naricitas apoyan delicadamente en mi piel oliendo a protección y paz... Los abrazo a cada uno por un costado, les beso la frente, acaricio suavemente sus orejitas y les susurro cuánto les quiero, que aunque no me entiendan aún, mamá está aquí ya para siempre. Y Carlos se inquieta chupando con fuerza y abriendo sus manitas, y Nayra sigue su pequeño ritmo tranquilo... Y suspiran, y les oigo tragar y descansar... Y soy incapaz de comprender plenamente  qué siento... Paz o amor o dicha u orgullo o todo junto... Y cansancio que me impide expresar todo lo que mi sangre grita. Ahora están relajados, saciados, y pequeños hilos de leche les corren por la comisura... Sueñan... Y no puedo captar este instante sumamente bello porque la oscuridad es nuestra cómplice. Es protectora de este momento íntimo, ellos y yo, mamá que creó y portó y alumbró vida, ahora alimenta con amor y leche, un vínculo que espero que siga vivo en mi corazón. Lucho contra el calor y el sueño porque no quiero perderme ni un minuto de lo que sucede. Y entiendo que todo esta en orden. Acaricio sus piernecitas que cuelgan a cada uno de mis lados, les beso la frente... Quiero dejarlos en su cunita para que sigan creando dulces sueños y poder descansar un poco, pero estoy hipnotizada con sus respiraciones, con sus caricias involuntarias... Y sé que en un ratito volverá a cobrar vida este maravilloso instante, entonces flanqueado por dos flamantes sonrisas cuando despierte, cuando asome a su cuna y me den esos buenos días que sólo un bebé sabe ofrecer a su madre. Llega el momento de darles sus "tres besitos de dormir" y dejarles soñando y creciendo en amor. Y yo de intentar descansar para que el ánimo y la alegría sigan colonizando mi cuerpo y mi mente, para seguir con atención estos bellos y efímeros instantes. El papá duerme tranquilo... Los bebés comienzan a soñar... Y yo soy cómplice única y público de lujo de cada noche, en silencio; una función de un único espectador privilegiado que vela por sus descansos. Puede que en breve haya llanto en la cuna, pero esa es ya otra función.

11 comentarios:

  1. Ay qué bonito!! Me he emocionado leyéndote. Qué suerte haber establecido tan exitosamente la multilactancia.
    Disfruta de esas noches en vela. Ciertamente la privación de sueño es la mayor de las torturas, pero cuando es por tan buena causa, todo compensa, y con todo podemos No sabes cómo te las arreglas para mantenerte en pie, pero el poder del amor de madre es infinito.
    Disfrútalo mucho, es duro pero pasa tan rápido, que cuando te quieras dar cuenta estarás durmiendo toda la noche.
    Un beso a los tres

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, me alegro mucho de que os haya gustado. Siempre he tenido muy mal dormir y en cierto modo estoy acostumbrada, ¡pero no tanto! Ja ja

      Un beso!

      Eliminar
  2. Qué bellas y tiernas palabras, que sólo pueden salir del amor que rezuman esos brazos. ¡Qué suerte que tienen estos bebés! ¡Qué gran aplauso te mereces! Lo estás haciendo estupendamente.

    www.gemelosalcuadrado.com

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias, Gema! Suerte la mía de vivir esta experiencia tan dura y tan bella a partes iguales.
      Un abrazo

      Eliminar
  3. Hermosa descripcion!! es justamente todo lo que vivo a diario con mis mellizos los cuales tienen ya dos años!!,,,tiempo de no dormir comodamente sin embargo me da satisfaccion mirarlos dia a dia tan hermosos y sanitos , que solo da la lactancia materna!!...me he sentido muy identificada con este relato,,bellas palabras que describn el dia a dia en este mundo fabuloso de dos en dos!!..gracias por compartir!! ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Patricia, al final creo que los sentimientos de la maternidad son casi universales. ¡Gracias por tu comentario!
      Un abrazo

      Eliminar
    2. No solo la lactancia materna da esos momentos. Las madres que no hemos podido amamantar a nuestros hijos tambien disfrutamos, y muchisimo, a la hora de alimentarlos.

      Eliminar
    3. Claro que sí, por eso digo que los sentimientos son universales, de amor y protección. El medio es lo de menos, pero no deja de ser una experiencia.
      Un saludo!

      Eliminar
  4. Simplemente PRECIOSO!!!

    ResponderEliminar
  5. Que bonito! Me ha emocionado mucho.....

    ResponderEliminar