viernes, 31 de octubre de 2014

Entre cólicos y dientes

Que me cuenten lo que quieran, pero no puede ser que cada vez que los niños lloran un poquito de más sea por dos motivos: hasta los 3 meses, los cólicos. Y desde entonces, los dientes. 

Vamos a ver... ¿es posible que les duelan los dientes durante 5 meses? Pues yo lo dudo mucho. Habrán tenido algún día, no te digo que no, pero eso de que cada vez que chupan algún juguete es "porque están con los dientes"... no sé yo. Y lo mismo pasa con los cólicos, en los que no creo, por cierto. 

Este, por la edad está aún con los cólicos
Leí recientemente un artículo de Mi Pediatra Online acerca de este tema, precisamente, y estoy completamente de acuerdo con él. Estoy convencida de que simplemente se trata de un conjunto de incomodidades que tiene el lactante recién "estrenado" en este mundo y que no sabemos identificar y atender en el orden e importancia que requiere, así que lo "fácil" es decir que son cólicos, achacarlo todo a dolores de tripa y a pasar el calvario como mejor se pueda. Lo cierto es que es complejo atinar con qué necesita el bebé en ese preciso instante en el que llora desesperado y nada de lo que hagamos le calma. ¿Frío, afecto, hambre otra vez -sí, otra vez-, pañal -sí, otra vez-, calor, ruido? Yo cada día tengo más claro que esos episodios de llanto inexplicable eran "simplemente" necesidades mal atendidas. 

Por otro lado, una vez que han pasado los terribles cólicos, entramos en la época de "uyyy... este niño está con los dientes". Unas cuantas babas de más y unos mordiscos a cualquier objeto que pase por sus manos son indicio claro e inequívoco -da igual la edad- de que le van a salir los dientes de forma inminente. Y nosotros llevamos así más de 4 meses, esperando los dientecitos que no quieren brotar, según la sabiduría popular. :)  Yo no soy pediatra, ni psicóloga infantil, ni experta en nada, pero entiendo que los bebés, en sus fases de descubrimiento tienen esta etapa oral en la que todo tiene que pasar por la boca, pero no porque le duelan necesariamente las encías.

A los que estáis con bebés por debajo del año, ¿en qué fase os encontráis? ¿Cólicos o dientes? Y a los que tenéis más experiencia, ¿os ha pasado lo mismo?

martes, 28 de octubre de 2014

Estrés: gemelar, personal, físico, y emocional

Podría empezar el artículo con la canción esa de "cómo han pasado los años...", porque hace un siglo que no escribo por aquí. No pensé que me desinflaría tan pronto en el mundo bloguero pero, sinceramente, no doy más de mí. 

En todo este tiempo me he acordado infinitamente de aquel post que escribió Ana de Cuando Pares a Pares hablando sobre el estrés gemelar. Así es como me siento. Puro estrés. Me encontraba mucho más despierta y funcional recién parida y pensaba que si esa era la peor parte, el resto lo tenía chupao

Pero claro, las emociones saltan a la palestra cuando menos te lo esperas. Esto no es llegar y besar el santo: tal me sucede, tal cual reacciono, no. La emoción pura llega cuando menos te lo esperas y, en mi caso, está llegando ahora, alimentada muy vívamente por el cansancio físico. Chip y Chop cada vez necesitan más atención pero no siempre puedo dársela como creo que merecen o necesitan. En general no me puedo quejar, son muy buenos y juegan solitos y tranquilos los dos juntos en el parque, pero hay veces que me reclaman y no alcanzo a todo, ni a todos. Muy pocos entienden -de verdad- que cada niño es un mundo, y que no por ser mellizos y haber nacido al tiempo tienen las mismas necesidades, ni los mismos horarios, ni el mismo carácter.

Una de las cuestiones que generan este horrible estrés es abarcar demasiado. Me identifico  mucho con el post de Ana, en el que dice que siempre ha sido muy vital, como yo. Creo que soy una persona fuerte y con paciencia y coraje suficiente para tirar del carro lo que sea necesario, pero últimamente me fallan las fuerzas, y me falla la cabeza, y estoy despistada y lenta. Y eso me preocupa. 

Muchos me recuerdan constantemente lo de "que el mucho abarca, poco aprieta", y yo me empeño cabezona en seguir haciendo esfuerzos que no sé ahora si realmente van a compensar o estoy perdiendo el tiempo. Ahora estoy dedicando tiempo a la famosa "reinserción laboral", y a la no menos popular "conciliación laboral y familiar", y trabajo desde casa para varios proyectos que me permitan sacar la cabeza y desahogar el panorama en casa. Pero noto que se me gastan las pilas y todo se me hace cuesta arriba, y yo erre que erre. Me he dado un margen hasta final de año para tomar decisiones, pero no sé si lograré cumplir este objetivo. 

Necesito descansar. Solo un poquito, y sé que veré las cosas de otra forma. No quiero dejar de intentar estar en el mercado laboral, no quiero dejar el blog, no quiero dejar de jugar con Chip y Chop, no quiero dejar la lactancia, no quiero prescindir de mi familia, no quiero distanciarme de mi pareja. Y tengo miedo. 

Pero no me voy a rendir, y sé que todo saldrá adelante, como viene pasando todo este tiempo. Siempre hay un respiro, un nuevo paso que dar, y una sonrisa para continuar.