miércoles, 11 de diciembre de 2013

Embarazada de emociones

Que durante el embarazo las mujeres sufrimos un vaivén continuo de emociones no es nada nuevo. Pero, sinceramente, de momento (y son ya 30 semanas) no me siento identificada con la mayoría de las opiniones y comentarios que leo o que recibo sobre este asunto.

No sé si tendré las hormonas bien ataditas y controladas, o que mi "karma" está muy en su sitio, pero ni siento esa euforia que algunas dicen sentir y que las películas se empeñan en hacernos creer que son parte de la vida normal, ni tengo ansiedad, ni desasosiego, ni nada por el estilo que se salga de mis parámetros de antes del embarazo. Desde que me enteré de la buena nueva me siento tranquila y en paz, y así deseo seguir. No puedo negar que a veces tengo bajones y algunos miedos, pero son esporádicos (o yo los siento así) y vienen más producidos por cuestiones prácticas y económicas que por el embarazo en sí.

Espinete y Don Pimpón
Leo algunos artículos sobre emociones y embarazo, sobre psicología durante la gestación y el postparto, la vuelta a casa y lo que te cambia la vida, cómo cambian los roles de la mujer (sigues siendo hija, hermana, amiga, pareja... pero ahora, además, eres madre. Y deberás ser también psicóloga y muchos esperarán a una superwoman). Y he de reconocer que me siento incapaz de asumir tanta información sencillamente porque no la identifico y no la asumo. ¡Aún me cuesta creer que llevo dos personitas en mi barriga! Siento sus movimientos a diario, me veo cada vez más parecida a Don Pimpón (pero sin tirantes ni gorro de paja), me cuesta dormir... pero en lo más profundo de mí no soy capaz de asimilar o entender qué pasa. Algunas amigas me preguntan qué siento sabiendo que estoy creando dos vidas y no voy a ser hipócrita. Todo el mundo espera que digas ¡cuánta felicidad! ¡Qué alegría! ¡Sí, mucha ilusión! ¡Qué nervios! Y no es del todo así... de momento. ¿Que estoy contenta? Pues claro. ¿Que es una maravilla el misterio de la vida? Evidentemente. ¿Que es emocionante verles en las ecografías y escuchar sus corazones? Sin duda. Pero no es ese sentimiento de caminar sobre un arcoiris derrochando purpurina por tus poros. Suelo poner un ejemplo para definir mis sensaciones: es como cuando te dicen algo así como "el universo está compuesto por millones de millones de galaxias que a su vez están formadas por cien mil trillones de estrellas", o "tal estrella está a 23 mil años luz de la tierra...". Tu mente recoge el concepto y entiende que es un dato equivalente a "muchísimo", pero es imposible comprender al 100% la magnitud de lo que te están explicando. No puedes asimilarlo, te desborda, te supera. Pues así me siento yo. 

Ahora mismo me siento perfectamente preparada para tirar del carro, con la que se avecina. A lo mejor es un espejismo que mi mente está construyendo y que luego chocará con la realidad, igual son expectativas que luego se desmoronarán como un castillo de naipes... Sinceramente, no lo sé. Sólo sé que me encuentro en paz para afrontar esta nueva etapa de mi vida y que presumo que será maravillosa.

2 comentarios:

  1. Hola Belén:
    Me ha encantado tu entrada. Creo que más que un tema de hormonas es un tema de filosofía de vida, vives cada etapa en su momento sin preocuparte de más, y ¿sabes qué? Haces muy bien, para mí ahí está la clave de la felicidad.
    Cuando llegue el parto te enfrentarás a él, cuando llegue el postparto verás cómo afrontarlo, y cuando los niños se pongan a caminar y vaya uno para cada lado, sabrás qué hacer... y así todo... ¿Para qué pensar en ello más de la cuenta y agobiarse antes de tiempo? "cuando lleguemos a ese puente, veremos como cruzarlo".
    Otra cosa de la que hablan todas las mamis y a mí no me pasó ni por asomo fue el enamoramiento. La primera vez que vi a mis hijos lo único que sentí (aparte de alucinar de que aquellos muchachotes se hubiesen formado de dentro de mí) fue un fuerte instinto de protección, algo animal, pero no amor. Este fue surgiendo poco a poco al ir conociéndonos, y cada día crece más y más, no tiene límites.
    Un abrazo y a seguir cuidándose

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    1. Gracias por la visita. :)
      Quería también hablar de ese enamoramiento, pero se me hacía demasiado largo el artículo, aunque básicamente es lo que comentas: los sentimientos no están porque sí ante determinado hecho, sino que cada uno los vive en su momento, con su intensidad. No sé qué pasará cuando me pongan a Chip y Chop encima, ni qué sentiré cuando tomen teta (¡alimentándose en vivo y en directo, ante mis ojos, de lo que mi cuerpo les da!)... Lo que sé es que cada cosa tiene su tiempo y que anticiparse es crear falsas expectativas sobre la realidad y sufrir en vano. Es bueno tener una orientación, pero teniendo claro cuál es tu realidad.
      Seguimos en contacto!

      Un abrazo

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